Ciudad Pos-Industrial

“City forms, their actual function, and the ideas and values that people attach to them make up a single phenomenon.”

–          Kevin Lynch

Las ciudades son un reflejo de las sociedades que las habitan.    Algunos teóricos utilizan el término de “Ciudad Posindustrial” para denominar los últimos cambios de las  ciudades que ubican principalmente en países considerados como “desarrollados” y que hoy atraviesan una fase des-industrialización  de sus economías.

El concepto “pos-industrialismo” fue empleado por el sociólogo Daniel Bell para  describir la transformación de una sociedad que ha pasado de  dejado atrás una economía basada principalmente en la manufactura  para adentrarse en una que está centrada en las industrias  de servicios y  la producción de nuevos conocimientos:    industrias de salud,  educación superior, de diseño, de servicios de consultorías y de investigación en función del  desarrollo.  Este cambio en la base de la producción de riquezas tiene enormes  repercusiones en la distribución física de las actividades económicas, en  los procesos de urbanización y en el orden de las ciudades.

Con la desaparición progresiva de la industria manufacturera que requería de la concentración de una gran cantidad de trabajadores en lugares céntricos, una de las razones para la cohesión  en las ciudades modernas desaparece.  Originalmente las industrias se asentaron en zonas urbanas de las inmediatas periferias de las ciudades antiguas. En torno a los polígonos industriales o muy cerca a ellos se asentaron  trabajadores, administraciones y servicios facilitando la comunicación, el acceso a la información  y la transportación entre zonas  residenciales y de trabajo.    Sin embargo, la accesibilidad al transporte privado,  los avances tecnológicos y de comunicación permitieron que las residencias se distanciaran físicamente de los centros manufactureros promoviendo  problemas de tráfico, de deterioro ambiental, el aumento en la actividad criminal en las áreas inmediatas a las industrias y el empobrecimiento y abandono de los centros urbanos.

No obstante, el problema que ya de por sí estas industrias causaron se multiplicó cuando empezaron a ser abandonadas a causa del giro hacia la “economía de servicios”. En primer lugar,  la globalización de la economía que tanto se asocia a este giro promovió tanto la fragmentación de las empresas y el desplazamiento de las fábricas de producción a países con salarios más bajos.  Se estima que en los próximos 10 años se trasladen más de tres millones de empleos de los Estados Unidos a países con salarios más bajos.  En segundo lugar,  metrópolis como Londres, Liverpool, New York y Tokyo han perdido su importancia como centros de manufactureros, pero han adquirido nuevo significados como ciudades sedes del mercado capitalista y de las empresas que asumen funciones estratégicas,  de coordinación  del  resto de las empresas que están esparcidas por el mundo y de alta tecnología informática o de servicios de salud.   Las empresas aprovechan los servicios altamente especializados que se concentran en estas ciudades postindustriales pero necesitan de muchos menos trabajadores.  Finalmente, la mecanización de buena parte de la producción ha requerido de menos obreros diestros. Ahora, con menos empleados, aunque más especializados, se puede generar muchas más mercancías que en los años más gloriosos del taylorismo y el fordismo.

Antes de que se pudieran resolver muchos de los problemas causados por la industrialización urbana, las ciudades más “postindustriales” comenzaron a padecer  de un fenómeno denominado como “shrinkage” (contracción).   Esta contracción no significa que las ciudades se estén encogiendo físicamente, si no que han sufrido una reducción en la población.  Es la primera vez en la historia de la modernidad que vemos esta reducción sostenida de habitantes en ausencia de guerras, epidemias o desastres naturales.  Al mismo tiempo que se abandonan los centros urbanos e industriales, se ha registrado un aumento vertiginoso de ocupación suburbana en las periferias.

San Juan no se libra de los efectos de la des-industrialización. Ciertamente, el impacto ha sido de menor escala que en Detroit, Liverpool o Manchester pues su industrialización comenzó en una época más tardía (1940s).  No obstante, es ya más que palpable cómo las industrias que se asentaron cerca de los centros urbanos -polígonos industriales han quedado dentro de la trama urbana con el tiempo- han cerrado, quedando islas de edificaciones abandonadas en zonas con una localización céntrica y hasta prestigiosa.  Este  es el caso de las fábricas abandonadas de la Compañía de Fomento en el polígono industrial de Guaynabo, uno de los primeros de Puerto Rico y en donde se producía cemento, botellas de cristal y cajas de cartón.  Actualmente la mayoría de las instalaciones permanecen abandonadas o han sido sustituidas por edificios de oficinas que requieren mucho menos espacio.  Otros ejemplos de complejos abandonados  son la cervecería Corona y la Fundición Abarca ubicados en la zona sur de Santurce, solo por mencionar algunos.

En el  2004 la actividad económica por sector de Puerto Rico, según el World Factbook,  era de 4% agricultura, 46% industria y 50% servicios, dejando ver la creciente tendencia al alza  del los servicios y la reducción del papel de la manufactura en la economía de la Isla.  Algo que estos datos no muestran es que la mayoría de las industrias manufactureras están orientadas a  la  tecnología, biotecnología, farmacéuticas e instrumentos médicos y que, en ese sentido, la isla coincide con las transformaciones de las ciudades postindustriales, de enfocarse en la economía basada en una mano de obra especializada y profesional pero muy reducida.

¿Qué hacer con estas ciudades?  Existen dos tendencias principales sobre cómo intervenir en las ciudades postindustriales: la rehabilitación, que aprovecha las edificaciones abandonadas para el establecer nuevos usos y la “deconstrucción,” que conlleva la destrucción de las edificaciones abandonadas para crear nuevos espacios públicos o edificios que cumplan con las necesidades de la ciudad postindustrial.  La reestructuración de una ciudad debe ser vista como una oportunidad.  Al ser una problemática nunca antes visto es necesario explorar nuevas posibilidades de intervención e integrar aspectos sociales, culturales y comunicativos.

por Cristina Vélez Ramos

Comments
14 Responses to “Ciudad Pos-Industrial”
  1. Fernando Avellanet says:

    Por: Fernando Avellanet
    ((Referente a la conclusión de esta lectura)),, En mi opinión, la problemática puede residir en la determinación de aquellas estrategias que sean más viables para revitalizar los sectores deteriorados de las ciudades Post-Industriales. Las grandes escalas de zonas industriales como lo es el ejemplo dado en esta lectura del Fomento Industrial de Guaynabo,, posiblemente se prestan para ser más asequible a la destruiccion a grandes rasgos de un sector para una reconstrucción entera como lo fue también en el caso de las fabricas de Isla Grande, ahora conocido como el nuevo Distrito de Convenciones. Pero en escalas más reducidas donde existen edificios industriales insertadas en diversas localidades dentro de un una urbe con otros usos residenciales o de comercio,, la expropiación y reconstrucción se vuelve una amenaza al valor histórico o cultural ya establecida en el lugar. Entonces, ¿Qué aspectos son determinantes o hacen más viables el nivel de destrucción y reconstrucción en proyectos actuales como Rio 2012 o Ciudadela en ciudades que atravesaron cambios industriales a menor escalas?

  2. Moisés González says:

    Ciertamente me inclinaría a pensar que la solución mas adecuada para enfrentar el abandono de las edificaciones luego de la “Post industrialización” de un sector, sería el adaptarlas al programa actuar que la ciudad requiera. De esta manera los edificios históricos y culturales, junto con las viviendas existentes podrían preservarse sin importar los cambios significativos que podría enfrentar las ciudades. Por otra parte tengo claro que en ocasiones, esta solución no se puede emplear. En muchos casos, el deterioro de estos edificios luego de la “Post industrialización”, es muy avanzado y la solución más viable es su demolición. Como bien se cuestiona Fernando, las determinaciones para la demolición y la implantación de nuevo programa, en zonas “post industriales”, son conflictivas. Se podría pensar que la mezcla de ambos factores podría tener mejores resultado que inclinarse a solo una de las dos. Sin embargo la historia no afirma que en ocasiones, las soluciones radicales como la demolición y construcción de sectores completos, es la solución más viable para enfrentar situaciones como esta.

  3. Diana M. Manso Rodríguez says:

    “In general, the most common solution was to turn them into shopping centers or festival marketplaces, often with housing and offices, as in Boston and Baltimore, in order to make up with tourism and consumption for the lost taxes and jobs associated with industry.” (Ghirardo 175)

    En el caso de Puerto Rico, no son más centros comerciales lo que hace falta (aunque millares diferirían). De igual modo, posiblemente no eran espacios comerciales lo que necesitaban las ciudades donde se ha implantado esta práctica en el pasado. A pesar de que es imperante solucionar la situación de los espacios industriales baldíos actualmente, ésta es una medida reaccionaria. Por otro lado, nuestra ciudad industrial de servicio y su ciudad están atravesando una crisis junto con la economía del país. Si la necesidad de cercanía a los lugares de empleo en el área metropolitana es lo que ha llevado a la expansión desmedida de nuestra área metropolitana, bien se ha notado una tendencia a regresar a lo rural por parte de empleados que no trabajan todos los días de la semana o que pueden trabajar desde su casa. (Esto sin nombrar los desempleados que no van a ser capaces de pagar para vivir en las mismas condiciones que antes.) A pesar de que esto suene como esperanzador por la posibilidad de aplicar la lógica del “piccone risanatore” que usara Mussolini a principios del pasado siglo para extirpar de la ciudad todo lo que la afecta, hay que recordar que no se va a vaciar la ciudad de manera uniforme. ¿Cómo entonces llevar a cabo de manera exitosa la profunda cirugía que necesita nuestra ciudad?

  4. Giancarlo Colberg says:

    Encuentro bien interesante como en la lectura de Kostof hablan sobre la Haussmanización de las ciudades europeas. Interesante como utilizan la frase “it became aesthetically chic to toletate the clutter of old cities, to change them gently, lovingly.” Personalmente, creo en esta manera de bregar con las estructuras industriales. Se deben quizas modernizar a un nivel distinto. Como menciona la compañera, en otras palabras, la rehabilitación sería lo mas viable y moral. Se mencionó un ejemplo en clase de una fábrica que se convirtió luego en un parque. Esta idea es fenomenal ya que conviertes lo que antes destruia el ‘ecosistema’ urbano y lo conviertes en un pulmon de lo que le rodea. A estas fachadas deterioradas y muchas veces abandonadas se les puede dar la vuelta, se les pone como dirian “maquillaje” y se arreglan un poco. De ser un tropiezo por el expreso o en las afueras de un vecinario podrian ser algo agradable y útil para la sociedad.
    La frase del día:
    “To kill is not to heal. To destroy is never a wise way to foster love.”

  5. Kevin Fernandez says:

    Mi intriga sigue siendo en cuanto a la manera en que los diferentes países han logrado trabajar con el problema. Es obvio ver que al cambiar la economía y enfocarse en brindar servicios simplemente no hay trabajo para todo el mundo que antes se dedicaba a la producción. Se me ocurre pensar que los espacios que inevitablemente han quedado desolados en la sociedad al desaparecer la población se podrían articular de otra manera para que sirvan una función en la infraestructura de la ciudad aunque no sea para servir a la economía de la misma. Mientras tanto lo único que me parece viable es el aceptar que la ciudad pasó por el proceso de reducción de población, economía y facilidades para ser otra que satisface todas sus necesidades con menos de todo. Entonces esos espacios abandonados se deberían convertir en áreas útiles para la sociedad aunque solo mediante la inserción de espacios públicos. Creo como otros compañeros que se puede demoler lo que no sirve o no hace falta en la ciudad pero como dijo Moisés anteriormente que sea un acto responsable de saber escoger aquello que no aporta a la solución e identificar otros lugares donde se puedan aplicar nuevos programas que le sirvan de algo a la nueva “shrunken city”. Algo de ambos metodos.

  6. Jennifer Blanco says:

    Es irónico pensar que vivimos en una economía de servicios y que precisamente hablamos de lo que hoy día es remanente entre los resultados de nuestro servicio particular. En muchas partes de nuestra isla vemos abandonadas lo que un día fueron industrias; pero ¿Qué hacer con ellas? ¿Cómo reintegrar estas estructuras en la ciudad? Esa es parte de la tarea que nuestro servicio enfrenta. La arquitectura y el urbanismo no se pueden pensar únicamente como la forma de crear cosas nuevas y desde cero, si no que buscar soluciones ideales para lo que ya existe y redirigirlo.

  7. Zinnia Ayala says:

    Más que una crisis como pintan los teóricos veo estos sucesos donde una estructura cesa su función original como una señal positiva de que la humanidad y la sociedad está evolucionando. Esto solo significa que la sociedad está preparada para transformar ese espacio baldío en un nuevo proyecto donde se ubicará una nueva función en satisfacción de las necesidades corrientes de la ciudad. Este fenómeno no es de extrañarse y menos en aquella era del post industrialismo y aun menos en nuestra era. Hay que entender que el Industrialismo abrió las puertas a un sinnúmero de eventos e inventos, desde los avances tecnológicos de la comunicación y transportación hasta los avances académicos de las ciencias y el arte; y es el abrir de estas puertas las que dan pies a una constante evolución que como consecuencia trae las caídas espontaneas de industrias y comercios que ya no satisfacen la necesidad de la sociedad. El post Industrialismo fue simplemente una puerta que cerro y otra que abrió para lograr llegar a donde estamos parados hoy día. Nuestra era es una que se basa en el constante cambio y la adaptación de la humanidad a esos cambios. Pienso que en vez de estar lamentando esos espacios baldíos y deteriorados se debe de tomar acción. Son espacios muertos porque así lo queremos, porque nosotros no tomamos la acción de rescatar estos lugares ya sea limpiando y rehabilitando o sacando todo y recuperando el area. Lo que importa es el espacio no los escombros, simplemente porque alguien abandono ese lugar y lo dejo ocupado con escombros no quiere decir que el espacio no sirve y que está perdido, esto significa que es una nueva oportunidad de rehusar el espacio y volver a cobrarle vida.
    Lo bueno es que sabemos que estamos viviendo en un tiempo de constante cambio y de gran incertidumbre de “¿que pasara mañana?” y ya podemos deducir que este fenómeno va a continuar ocurriendo (ya está ocurriendo, como ejemplo los conocidos “Ghost Towns”). Los arquitectos de hoy lo que deben estar haciendo es abrir sus mentes e idearse como diseñar edificios y/o estructuras que sean adaptables al cambio; en adición, estos mismos deben avisparse y tomar la iniciativa de rescatar los espacios baldíos por las antiguas industrias. Hay que dejar de lamentar y de añorar, ya es hora de actuar.

  8. Elaine M. Morales says:

    En efecto, los arquitectos, ingenieros y urbanistas tienen en sus manos un mundo de posibilidades a través de sus servicios. Los espacios industriales quedan como residuos y lugares obsoletos en nuestras ciudades, mientras el desparrame urbano nos ha llevado a convivir junto a ellas. El continuo desuso de estas zonas baldías deteriora el desarrollo social de la ciudadanía a través de una monumentalidad que contribuye a la separación espacial y por ende a debilitar las relaciones intrínsecas del desarrollo comunitario. Aunque aún no se puede definir qué acercamiento es el adecuado en la intervención de las áreas industriales lo importante es reaccionar a ellas. Las distintas disciplinas relacionadas a la ciudad tienen la responsabilidad de someter los estudios adecuados para la reutilización de estos espacios, posibles consideraciones y soluciones. Creo entonces pertinente preguntar considerando los intereses de la globalización capitalista actual, ¿somos capaces de calificar el valor histórico y posible uso público de las estructuras industriales antes de intervenir en ellas?

  9. Gian Martínez Claverol says:

    Hoy día el remante de lo que era un área post-industrial permanece intacto, en el sentido que el gobierno ha permitido su deterioro sin intervención alguna. Pero a la misma vez su estado de decadencia física y estructural puede llegar a niveles que amenazan con las areas cercanas a estas fábricas abandonadas. Para mi, estos espacios deben de re-inventarse para así crear de ellos algo que aumente la relación de la persona con el espacio físico que lo rodea. Encuentro que el reconstruir el area, o habilitarla para por ejemplo, transformar una fábrica en un parque, es algo sumamente inovador y ofrece nuevas oportunidades para el área. Pero las necesidades de la ciudad no son meramente de espacios publicos, sino que estos espacios pueden ser una manera de atraer diferentes empresas nuevas, desarrolladores e inversionistas para que comienzen nuevos proyectos que respondan a las necesidades del sector y el país. Por ende el gobierno debería de hacerse cargo de crear espacios vacíos donde hoy quedan restos de fábricas e incentivar el desarrollo dentro de los mismos.

    Pero claro, queda en juicio del desarrollador decidir que hacer con la fábrica. Ya que no existe o no se ha establecido un parametro que establezca que territorios se pueden convertir y cuales se pueden demoler para hacer de ellos nuevas edificaciones. Claro todo dependería del area, el valor cultural y otros factores ajenos a el valor físico del área que serían o deberían ser considerados al tomar la decisión. En fin, estos espacios no tienen uso hoy día y necesitan de iniciativa para su reinvención, labor que queda en las manos de los ingenieros, arquitectos y urbanistas del país.

  10. JOSE M. MELENDEZ BURGOS says:

    Entiendo que como arquitectos y seres humanos que nos a moldeamos al cambio, podríamos pensar mas allá de la forma y la función del edificio y pensar en la vida del mismo y de su función y ser capaces de crear edificios que respondan al cambio de función, por si la vida de la función por la cual este se edifico muera, el edificio siga su vida incorporando una nueva función y que estese transforme a las necesidades de dicha nueva función. Así evitarnos el cuestionamiento de si se utiliza la destrucción o reconstrucción sino la transformación.

  11. Maria Julia says:

    Me pareció interesante cuando se menciona que estos lugares de manufactura servían como instrumentos de cohesión urbana y social. En el presente, muchos de estos espacios promueven actividades ilegales, y son percibidos como lugares indeseados en la ciudad. Resaltan ante su contexto inmediato, donde la visión y cultura de una ciudad limpia se convierte en el principal enemigo de estos espacios. Ante las diversas crisis que afectan el estado global y local de las ciudades, se hace evidente que nos preguntamos cómo enfrentar el estado físico urbano causado por estas transformaciones económicas. El habitante debe entender que las ciudades son obras incompletas, siempre en restauración, creación y abandono. Entonces, el conocimiento de este proceso se convierte más importante que el hecho de determinar la rehabilitación o destrucción de una estructura. Debe ser parte de la cultura del habitante entender que las ciudades son procesos cíclicos, de constante uso y desuso y que San Juan, al igual que las capitales del siglo XXI están sujetas a este proceso.
    De tal manera me enfoco en lograr que los ciudadanos entiendan el ciclo constante en el cual viven la ciudades. Es importante mencionar, que en el presente, tecnologías como la red cibernética sustituye el uso de espacios de servicios que hace 10 años eran de carácter mandatorio. La ciudad, otra vez se transforma. En el presente, de ser pos-industrial, a una pos-globalizada. La pregunta para los arquitectos y urbanistas recae en ¿cómo se planificada y visualiza para lograr la reinvención continua de un espacio en la ciudad? Quizás, diseñar con consciencia de este proceso logre apaciguar la problemática del espacio enfermo y de constante desuso de la ciudad.

  12. Clarisse Betancourt says:

    Son varias las areas en Puerto Rico que contenian pequenas ciudades e industrias que han sido abandonadas y que la infraesturcuta, antes utilizada, permanece en pie y se pone en discusion que sera lo mejor para estas areas si la revitalizacion o “desconstruccion”. En mi opinion, al momento de escoger la posible solucion al problema se debe tomar en consideracion la realidad de la sociedad que habita en lugares adyadecentes al area y pensando en la realidad de las personas que podrian habiatar estos lugares nuevamente porque ante la situacion economica que estamos pasando podria suceder que esos lugares rehabilitados volviesen a ser abandonados. Tambien los precios deben ser accesibles para las personas porque construcciones comenzadas en los suburbios han sido paralizadas ya que la probabilidad de venderlas es muy baja.

  13. Clarisse Betancourt says:

    Son varias las areas en Puerto Rico que contenian pequenas ciudades e industrias que han sido abandonadas y que la infraesturcuta, antes utilizada, permanece en pie. En la actualidad se pone en discusion que sera lo mejor para estas areas si la revitalizacion o “desconstruccion”. En mi opinion, al momento de escoger la posible solucion al problema se debe tomar en consideracion la realidad de la sociedad que habita en lugares adyadecentes al area y pensando en la realidad de las personas que podrian habitar estos lugares nuevamente porque ante la situacion economica que estamos pasando podria suceder que esos lugares rehabilitados volviesen a ser abandonados. Tambien los precios deben ser accesibles para las personas porque construcciones comenzadas en los suburbios han sido paralizadas ya que la probabilidad de venderlas es muy baja.

  14. Giselle Levy Loubriel says:

    Hemos dejado claramente establecido que el esqueleto de los espacios industriales, ya obsoletos y abandonados, presentan para el arquitecto/urbanista/planificador/ingeniero- en fin- toda disciplina dedicada al espacio construido- una oportunidad para la innovación. Ya no se trata tanto de comenzar con una tábula rasa, un espacio abierto lleno de posibilidades- que es lo que prometería la destrucción de las edificaciones que están fuera de uso o, como bien menciona Diana, aplicar la lógica del piccone risanatore. Las consideraciones que hay que tener en cuenta van más allá de simplemente crear un “borrón y cuenta nueva,” algo que parecería fácil, y en la mayoría de los casos, la solución óptima: elimina lo que no funciona, y aumentas el espacio disponible para la construcción de nuevos programas (inyectarle usos a un espacio intermedio lógicamente provee una opción alterna al desparrame, o el extender el espacio construido hacia la periferia.) La idea de convertirlos en espacios públicos, o parques- de re-insertar el campo en la ciudad, devolviéndole el verde- sería un acto heróico. Me quedo con la duda de la posibilidad de implantar todas estas excelentes ideas para reinventar el espacio en desuso, ya que me parece que muchos de estos locales han contaminado el suelo en el que reposan. Los espacios industriales siempre fueron relacionados con gases y químicos dañinos, no tan sólo para la atmósfera, pero más importante aún para el ser humano (es por eso que se localiza la mayoría fuera de los centros urbanos). Ciertamente, no la podemos hacer desaparecer una cantidad de material como esta- y por más que la forma pueda inspirar un retrofit- reciclar el espacio, editarlo, rediseñarlo y programarlo- me parece que en muchos casos estaríamos bregando con materiales enfermos, y lo mejor sería botarlos. Me pregunto- antes de tomar cualquier decisión- si tenemos la capacidad de derrumbar estas fábricas, ¿hacia dónde relocalizamos su estructura? A lo que voy es, ¿hasta qué punto podemos limpiar, renovar y rearticular este espacio sin causar más daño a nuestro medioambiente, y más importante aún, a nosotros mismos?

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